No quiero parecer majadero, pero esto de la incertidumbre me da vueltas.
Hace un tiempo cuando estudiaba mi doctorado tomé un curso de
“propagación del error en rrnn” donde en base a una búsqueda
bibliográfica había que definir que es la incertidumbre.
Visité puntos de vista físicos, matemáticos, filosóficos, sociales, pero de todos ellos hay uno que todavía me da vueltas.
Básicamente la incertidumbre existe por nuestra incapacidad como
especie (o ser viviente) de percibir “el todo o un todo” globalmente.
Solo poseemos la visión, el tacto, el oido, el gusto y el olfato para
hacernos una idea de nuestro entorno. Solo un 2% del ser humano está
dedicado a esta labor de los sentidos. El resto a procesos internos de
nuestra propia biología.
Con esta poca información, nuestro cerebro logra hacer una idea,
modela e idealiza nuestro universo, pero la distancia entre este modelo
humano y lo real es desconocida o es incertidumbre. Por ejemplo, los
astrofísicos dan por conocido solo un 25% del universo y el resto (75%)
es materia oscura no conocida. Los ingenieros forestales modelan el
crecimiento de los árboles pero con aproximaciones cercanas a 10 o 30%
de lo real.
A través del tiempo, hemos creado nuevas máquinas y sensores para
poder complementar nuestros sentidos, pero simpre sigue presente la
incertidumbre en el ser humano. Sensores electromagnéticos en longitudes
de ondas fuera de rango humano son los preferidos (térmicos, rayos X,
radar, radio, etc).
Cundo la incertidumbre sobrepasa nuestros sentidos y sobre todo a
nuestro conocimiento, idealizaciones o modelo del universo, ella se
transforma en miedo. Miedo humano que nace por la activación de los
sentidos para tener más información y así controlar lo incierto.
Los grandes descubridores vivían a diario con incertidumbre asociada a
sus viajes. Para ello, sus naves debían ser ligeras, el equipaje
liviano y el alimento lo fundamental o básico. ¡Qué más incertidumbre
que esos grandes viajes de descubrimiento de nuevos mundos, con nuevos
seres humanos y nuevas especies!
Hoy vivimos bajo incertidumbres contínuas y contradictoriamente hemos
sido educados para desenvolvernos en lo cierto, lo concreto y
demostrable (es decir nuestro modelo e idealizaciones del universo).
Nada se nos enseña en relación a como integrar esta falta de
conocimiento de lo real a nuestra vida y modelos. Es decir, son pocos
los que pueden construir espacios y situaciones desconocidas. A ellos se
les llama pintores o simplemente poetas.
La sociedad y los seres humanos estamos cada día más amarrados a
nuestras pocas certezas materiales y de las ideas, lo cual, frente a
pequeñas variaciones de lo cierto, genera incertidumbre expresada por
los sentidos en miedo.
Algo debemos cambiar entonces. algo que no se que es pero es cierto.